En esta clase nos visitó uno de los anestesistas del hospital que nos explicó cómo se pone la epidural y también nos aclaró que es analgesia, no anestesia, a menos que haya que hacer cesárea, en cuyo caso sí se pondrá anestesia. El motivo de que se ponga como analgesia es intentar que no se pierda por completo la sensibilidad de manera que la mamá pueda participar activamente en el parto sabiendo cuando tiene una contracción, pero aliviando notablemente los dolores.
También nos dijeron que la epidural no influye demasiado en el bebé.
El anestesista además nos explicó, con una voluntaria, cuál es la postura que debe tomar la mamá para que se pueda poner la vía en la columna, entre las vértebras. La postura es colocando la espalda un poco arqueada de manera que las apófisis de las vértebras queden abiertas y sea más fácil la colocación del catéter. Esto se debe hacer entre una contracción y otra, de manera que la mamá pueda colaborar lo máximo posible.
La epidural se coloca entre las vétebras L2-L3-L4, en el ligamento amarillo, sin llegar a la duramadre.
Si tenemos que hacer una cesárea programada, entonces en lugar de epidural, se administra la anestesia intradural. La diferencia es que con ésta no se coloca catéter, sino que se administra el fármaco directamente en la duramadre. Así se mezcla el líquido de la medicación en el líquido cefalorraquídeo y según la cantidad que pongamos vamos a conseguir más intensidad de bloqueo. Teniendo en cuenta que el medicamento que se introduce pesa más que el líquido cefalorraquídeo, según coloquemos al paciente después de la punción extenderemos a nuestro antojo el bloqueo: si la paciente la tenemos sentada mucho tiempo después de introducir la medicación sólo se duermen las raíces sacras y las lumbares bajas (Bloqueo en silla de montar), si la acostamos en la camilla el bloqueo llegará hasta la cintura y podremos subirlo un poco más si inclinamos ligeramente al paciente quedando la cabeza un poco por debajo de los pies. Si la punción la realizamos con el paciente de lado, le dormiremos la parte que esté debajo.
En ambos casos, la zona en la que hace efecto para el parto (ya sea natural o por cesárea) es la siguiente:
En cuanto a los efectos adversos de la epidural, nos explicaron que rara vez se producen incidencias graves. Lo más común es el dolor de cabeza posterior.
Tras finalizar la visita del anestesista, volvió a impartir la clase una matrona que nos explicó el concepto de dolor con connotación positiva. Esto se basa en que normalmente cuando sentimos dolor significa que algo va mal en nuestro cuerpo. Sin embargo, cuando estamos de parto, el dolor nos indica que todo va bien, porque con cada dolor estamos más cerca de ver a nuestro bebé.
También nos informó de otros métodos de alivio del dolor en el parto, aquellos no farmacológicos, que consisten en liberar endorfinas:
1.-Calor local: Una buena forma de aliviar el dolor durante la dilatación mientras estamos en casa es usar bolsas de agua caliente, manta eléctrica, o sobre todo baños o duchas de agua caliente 36º-37º. Esto nos relajará y hará que el dolor sea más soportable.
2.-Masaje: La presión hace que se deje de sentir el dolor. Engaña al cerebro. Por ello nos vendría muy bien que nuestra pareja nos diese un masaje en toda la zona de la espalda, desde la cabeza, de manera que nos ayude a destensar los músculos y a alcanzar un estado de relajación entre contracciones. Nos enseñaron en las clases cómo dar un masaje en estos momentos tan delicados.
3.- Movimientos y posturas antiálgicas: Si tenemos dolor abdominal, una buena postura es en cuclillas.
Si el dolor es en los riñones, funciona estirar la espalda como podamos. Una buena postura es la del baile, meciéndote y echándote en el acompañante que tengamos en ese momento.
4.-Respiración: La respiración durante todo el trabajo de parto nos puede ayudar a sobrellevarlo muchos mejor. Durante la etapa de la dilatación debemos hacer inspiraciones y expiraciones lentas en el tiempo que hay entre contracciones, favoreciendo la relajación y el descanso entre ellas. Cuando aumenta el dolor por contracciones, ir aumentando también la velocidad de las inspiraciones/expiraciones. Evitar siempre hiperventilar. Hay que intentar conservar la calma y mantener el control de la situación.
Durante la fase final, los pujos, hay que actuar de la siguiente manera: inspiramos, elevamos la cabeza y contraemos el abdomen sin expulsar el aire (así empujamos con más fuerza) o expirando muy lentamente si no es necesario empujar con mucha fuerza. Las matronas siempre nos pueden ayudar a recordar cómo debemos respirar en cada momento para sobrellevar la situación con la mayor calma posible.
5.-Técnicas de relajación. Para poder relajarnos entre las contracciones, también nos enseñaron otras dos técnicas: La técnica de Schultz, con la que se consiguen relajar todas las partes de nuestro cuerpo de forma paulatina. Lo primero que debemos hacer es estar tranquilos. Para ello nos pondremos ropa cómoda, nos colocaremos sentados en un sillón o tumbados, de manera que nos sintamos cómodos. Pondremos la habitación con poca luz y sin ruidos que nos distraigan, a una temperatura agradable y a poder ser con música relajante de fondo. Después, paso a paso, vamos relajando cada parte de nuestro cuerpo: Siento mi pierna derecha, siento su calor y repito varias veces "mi pierna derecha está completamente relajada". Así hago con cada parte de mi cuerpo. En este vídeo podemos seguir las instrucciones:
Otra técnica de relajación es la de Jacobson. Esta técnica consiste en tensar-relajar distintos grupos musculares. En el siguiente vídeo se puede ver cómo llevarla a cabo:
Nos indicaron en las clases la importancia de practicar todas estas técnicas (tanto las respiraciones como la técnica de relajación que más nos guste) durante las semanas anteriores al parto, de manera que cuando llegue el momento de usarlas seamos capaces de dominarlas. Si no las tenemos aprendidas, en el momento del parto, con los nervios y el dolor, es posible que no seamos capaces de llevarlas a cabo. Si las tenemos interiorizadas nos pueden ser de gran ayuda para no perder el control de nuestro cuerpo.
Espero que esta información os ayude y os sirva para que vuestro parto sea más llevadero.
También nos dijeron que la epidural no influye demasiado en el bebé.
El anestesista además nos explicó, con una voluntaria, cuál es la postura que debe tomar la mamá para que se pueda poner la vía en la columna, entre las vértebras. La postura es colocando la espalda un poco arqueada de manera que las apófisis de las vértebras queden abiertas y sea más fácil la colocación del catéter. Esto se debe hacer entre una contracción y otra, de manera que la mamá pueda colaborar lo máximo posible.
La epidural se coloca entre las vétebras L2-L3-L4, en el ligamento amarillo, sin llegar a la duramadre.
Si tenemos que hacer una cesárea programada, entonces en lugar de epidural, se administra la anestesia intradural. La diferencia es que con ésta no se coloca catéter, sino que se administra el fármaco directamente en la duramadre. Así se mezcla el líquido de la medicación en el líquido cefalorraquídeo y según la cantidad que pongamos vamos a conseguir más intensidad de bloqueo. Teniendo en cuenta que el medicamento que se introduce pesa más que el líquido cefalorraquídeo, según coloquemos al paciente después de la punción extenderemos a nuestro antojo el bloqueo: si la paciente la tenemos sentada mucho tiempo después de introducir la medicación sólo se duermen las raíces sacras y las lumbares bajas (Bloqueo en silla de montar), si la acostamos en la camilla el bloqueo llegará hasta la cintura y podremos subirlo un poco más si inclinamos ligeramente al paciente quedando la cabeza un poco por debajo de los pies. Si la punción la realizamos con el paciente de lado, le dormiremos la parte que esté debajo.
En ambos casos, la zona en la que hace efecto para el parto (ya sea natural o por cesárea) es la siguiente:
Tras finalizar la visita del anestesista, volvió a impartir la clase una matrona que nos explicó el concepto de dolor con connotación positiva. Esto se basa en que normalmente cuando sentimos dolor significa que algo va mal en nuestro cuerpo. Sin embargo, cuando estamos de parto, el dolor nos indica que todo va bien, porque con cada dolor estamos más cerca de ver a nuestro bebé.
También nos informó de otros métodos de alivio del dolor en el parto, aquellos no farmacológicos, que consisten en liberar endorfinas:
1.-Calor local: Una buena forma de aliviar el dolor durante la dilatación mientras estamos en casa es usar bolsas de agua caliente, manta eléctrica, o sobre todo baños o duchas de agua caliente 36º-37º. Esto nos relajará y hará que el dolor sea más soportable.
2.-Masaje: La presión hace que se deje de sentir el dolor. Engaña al cerebro. Por ello nos vendría muy bien que nuestra pareja nos diese un masaje en toda la zona de la espalda, desde la cabeza, de manera que nos ayude a destensar los músculos y a alcanzar un estado de relajación entre contracciones. Nos enseñaron en las clases cómo dar un masaje en estos momentos tan delicados.
3.- Movimientos y posturas antiálgicas: Si tenemos dolor abdominal, una buena postura es en cuclillas.
Si el dolor es en los riñones, funciona estirar la espalda como podamos. Una buena postura es la del baile, meciéndote y echándote en el acompañante que tengamos en ese momento.
4.-Respiración: La respiración durante todo el trabajo de parto nos puede ayudar a sobrellevarlo muchos mejor. Durante la etapa de la dilatación debemos hacer inspiraciones y expiraciones lentas en el tiempo que hay entre contracciones, favoreciendo la relajación y el descanso entre ellas. Cuando aumenta el dolor por contracciones, ir aumentando también la velocidad de las inspiraciones/expiraciones. Evitar siempre hiperventilar. Hay que intentar conservar la calma y mantener el control de la situación.
Durante la fase final, los pujos, hay que actuar de la siguiente manera: inspiramos, elevamos la cabeza y contraemos el abdomen sin expulsar el aire (así empujamos con más fuerza) o expirando muy lentamente si no es necesario empujar con mucha fuerza. Las matronas siempre nos pueden ayudar a recordar cómo debemos respirar en cada momento para sobrellevar la situación con la mayor calma posible.
5.-Técnicas de relajación. Para poder relajarnos entre las contracciones, también nos enseñaron otras dos técnicas: La técnica de Schultz, con la que se consiguen relajar todas las partes de nuestro cuerpo de forma paulatina. Lo primero que debemos hacer es estar tranquilos. Para ello nos pondremos ropa cómoda, nos colocaremos sentados en un sillón o tumbados, de manera que nos sintamos cómodos. Pondremos la habitación con poca luz y sin ruidos que nos distraigan, a una temperatura agradable y a poder ser con música relajante de fondo. Después, paso a paso, vamos relajando cada parte de nuestro cuerpo: Siento mi pierna derecha, siento su calor y repito varias veces "mi pierna derecha está completamente relajada". Así hago con cada parte de mi cuerpo. En este vídeo podemos seguir las instrucciones:
Otra técnica de relajación es la de Jacobson. Esta técnica consiste en tensar-relajar distintos grupos musculares. En el siguiente vídeo se puede ver cómo llevarla a cabo:
Nos indicaron en las clases la importancia de practicar todas estas técnicas (tanto las respiraciones como la técnica de relajación que más nos guste) durante las semanas anteriores al parto, de manera que cuando llegue el momento de usarlas seamos capaces de dominarlas. Si no las tenemos aprendidas, en el momento del parto, con los nervios y el dolor, es posible que no seamos capaces de llevarlas a cabo. Si las tenemos interiorizadas nos pueden ser de gran ayuda para no perder el control de nuestro cuerpo.
Espero que esta información os ayude y os sirva para que vuestro parto sea más llevadero.