martes, 16 de febrero de 2016

Conciliación. Sentimientos contradictorios.

Hoy comienza mi andanza como bloguera. Me decidí a empezar para poder compartir las contradicciones que se me presentan en la vida desde que fui madre por primera vez, y que ahora que voy a volver a serlo, se multiplican.
Soy Ingeniera en Informática. Para ello tuve que estudiar y esforzarme mucho y para afrontar y mejorar en mi trabajo también. Es por ello que cuando decidí ser madre, lo decidí con todas las consecuencias. Es decir, estaba dispuesta a que mi carrera profesional se viese parcialmente paralizada. Yo quería ser madre y poder criar a mis hijos. No quería meter a mi hija en una guardería con sólo 4 meses por tener que volver a trabajar. El problema llega cuando, haciendo cuentas, nos percatamos de que para poder pagar la hipoteca tendría que seguir trabajando ininterrumpidamente. Afortunadamente pude contar con las abuelas y conseguimos que mi primera hija entrase en la guardería cuando ya tenía un año y dos meses. Aunque me dio mucha pena, ya no era un bebé tan indefenso: casi andaba, jugaba más activamente, comía casi de todo, ...
El problema ahora es que a finales de marzo o principios de abril nacerá mi segundo hijo, y ahora no voy a poder contar con las abuelas de la misma forma. Por eso ahora mismo la única solución que veo es meter a mi hijo en la guardería con menos de seis meses. Me rompe el alma, porque no sólo tendré que desapegarlo de mi en cuanto a lactancia, como tuve que hacer con mi hija a los cinco meses cuando empecé a trabajar, sino también que tendré que dejarlo con personas que no son de la familia, y que aunque son profesionales (que conste que estoy muy contenta con las profesoras que ha tenido mi niña en la guardería), tienen que estar atendiendo a muchos niños a la vez, y según yo lo veo, un bebé necesita estar con su madre, sentirla cerca y crecer con ella.
Últimamente leo mucho acerca de la crianza con apego, la gestación extrauterina, los beneficios del porteo, ... y la verdad es que la mayor parte de lo que leo no hace más que corroborar lo que ya pensaba por mero seguimiento de mi instinto y mis sentimientos. Muchas veces he tenido que oir "No cojas a la niña cada vez que llora, que se acostumbra, ...". Siempre la he cogido. No creo que un bebé llore porque sí, ni por fastidiar. Si llora es porque le pasa algo. A lo mejor no tiene hambre, ni frío, ni está sucio. Simplemente tiene miedo, desconcierto, extraña su entorno, ... mil sentimientos que no puede expresar de ningún otro modo que no sea llorando. Es la única forma que tiene de decirte o mejor dicho pedirte "¡Mamá ayúdame!".
Es así como yo lo veo y por eso es que me duele tanto que vivamos en una época en la que me resulte practicamente imposible poder estar con ellos más tiempo.
Ojalá pudiese encontrar un modo de trabajar desde casa o hacer algo que me permitiera obtener el dinero necesario para seguir pagando todo y que a la vez me permitiera criar a mis hijos como creo que debo hacerlo.
Me parece muy respetable que si una mujer quiere seguir trabajando al día siguiente de tener a su hijo, pueda hacerlo. Lo que no me parece bien es que tal como está organizada la sociedad hoy en día, deje de ser una opción para pasar a ser una obligación, porque un solo sueldo no basta para poder pagar hipoteca, luz, agua, comida, ... Por lo que no es posible, casi en ningún caso, que uno de los padres pueda estar con los hijos al menos en sus dos o tres primeros años de vida.

2 comentarios:

  1. Cuanta razón tienes...cuanto más me hago mayor más me doy cuenta del engaño de " la mujer trabajadora"...en algunos aspectos ahora somos más esclavas que nuestras abuelas, que no tuvieron la opción. Tendríamos que luchar no por tener las mismas condiciones en el trabajo que los hombres, sino porque se respete nuestro derecho a ser madres....como opción, por supuesto, pero es que no la tenemos.
    Un beso, enhorabuena por tu blog

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    1. Muchas gracias guapa! Ya me doy cuenta de que hay muchas madres trabajadoras a las que le aborda la misma sensación que a mi. Antes de escribir el blog ya lo veía en conversaciones con amigas, pero ahora aún me reafirmo más. Lo que me gustaría es que este fuese un grito que oyeran desde las empresas y el gobierno y empezaran a darse cuenta de que no es posible una conciliación familiar y laboral real en la sociedad actual tal y como está planteada.
      Un beso muy fuerte!

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