sábado, 11 de junio de 2016

Cesárea, una herida que se cierra, pero que nunca desaparece

Siento la necesidad de escribir sobre mi experiencia, esperando que me sirva como vía de escape, como camino de reflexión, como guía hacia la redención.
Viví mi primer embarazo con una felicidad completa, preparada para dar a luz a mi niña, dispuesta a soportar el dolor, a que tuviesen que hacerme episectomía, ... Lo que nunca me había planteado es que tuviesen que hacerme cesárea. Mi madre ha parido 5 veces y las 5 fueron rápidas y por vía vaginal. Y yo, ingenua de mí, pensaba que iba a heredarlo. Pues bien, el día del parto llegó. A las 12:00 del mediodía sentía muchas molestias, así que me fui al hospital. Allí me dijeron que estaba de parto pero que aún faltaba mucho, así que lo mejor sería que volviera a casa donde podía estar más cómoda, ducharme,... Así lo hice. Estuve en casa hasta la 1:00 de la madrugada cuando ya tenía dolores más fuertes. Entonces volví al hospital y ya me dejaron allí, aunque todavía sólo tenía 1 cm de dilatación. En la exploración me rompieron la bolsa y yo pensaba que todo iría más rápido a partir de ahí, pero no fue así. A las 7:00 de la mañana sólo estaba de 4 cm, pero ya me pusieron la epidural. Y menos mal, porque hasta las 16:00 no estuve dilatada de 10 cm. En ese momento empecé a realizar los pujos y así estuvimos 3 horas. Primero en la sala de dilatación y luego en el paritorio. Pero Elena no quería salir. Aunque estaba totalmente dilatada, en cada pujo bajaba y luego volvía a subir. Así que me dijeron que tenían que hacerme cesárea. No consiguieron hacer nada por evitarlo. A mí se me vino el mundo encima. Después de la cantidad de horas de esfuerzo tanto por mi parte como por la de mi niña, yo no iba a ser capaz de parirla. No podía parar de llorar. Me durmieron por completo y cuando desperté mi niña ya estaba fuera. La tenían las enfermeras y yo, que tenía los brazos atados a la camilla, no podía cogerla. Tan sólo me la pusieron al lado de mi cara para que pudiese verla y darle un beso, y a continuación se la llevaron. Afortunadamente luego me enteré que estuvo todo el tiempo con su padre, pero no lo supe hasta 5 horas después. Sí, estuve 5 horas en el despertar, sin poder ver, tocar, dar de mamar a mi niña, rodeada de otras mujeres, enfermas de distintas cosas. No podía parar de llorar. Después de esas 5 horas, cuando ya eran las 00:30 de la noche, me sacaron de la zona del despertar y me llevaron a donde estaba mi familia. Allí estaban los que habían sido capaces de esperar ese interminable número de horas, y entonces mi madre me miró y me preguntó: ¿Qué?, ¿qué te ha parecido parir? Y las dos nos pusimos a llorar sin consuelo. Porque yo siempre había escuchado que era el momento más bonito de tu vida, porque mi madre misma lo había vivido así, y sin embargo para mi había sido un calvario tan grande que hoy día, cuando ya han pasado 3 años, aún lloro cada vez que lo pienso, lo hablo o lo escribo. Finalmente me subieron a la habitación y allí estaban, mi marido con mi niña en brazos. Por fin pude cogerla y darle el pecho. Ya nunca la solté. Siempre que puedo la cojo en brazos, intentando rellenar esas 5 horas que estuvimos separadas, consciente de que nunca lo conseguiré.
Dos años después me quedé embarazada de mi segundo hijo. Pensé que por fin podría resarcirme dando a luz a mi retoño de una forma más natural. Pero tampoco fue así. Estuvo de nalgas casi desde el principio, y así se mantuvo hasta el final. Así que me programaron la cesárea en la semana 40. Esta vez fue menos traumática porque, como digo, fue programada, así que ya sabía a lo que iba. Además fue muy rápido. En 20 minutos mi niño estaba fuera y yo estuve consciente en todo momento y lo pude tocar en cuanto nació. Y en cuanto terminaron de coserme lo pusieron en mis brazos, por lo que pasamos el despertar juntos, empezando a conocernos cara a cara, comiendo de mi desde su primera hora de vida.
Aunque esta segunda experiencia fue mucho más bonita y gratificante que la primera, no puedo evitar sentirme incompleta, incapaz de dar a luz, de ser mujer en la naturaleza misma de lo que eso significa. Con el tiempo espero ser capaz de perdonarme a mi misma.

miércoles, 30 de marzo de 2016

Clases de educación maternal/paternal: El dolor con connotación positiva. Mecanismos para soportarlo. Epidural.

En esta clase nos visitó uno de los anestesistas del hospital que nos explicó cómo se pone la epidural y también nos aclaró que es analgesia, no anestesia, a menos que haya que hacer cesárea, en cuyo caso sí se pondrá anestesia. El motivo de que se ponga como analgesia es intentar que no se pierda por completo la sensibilidad de manera que la mamá pueda participar activamente en el parto sabiendo cuando tiene una contracción, pero aliviando notablemente los dolores.
También nos dijeron que la epidural no influye demasiado en el bebé.
El anestesista además nos explicó, con una voluntaria, cuál es la postura que debe tomar la mamá para que se pueda poner la vía en la columna, entre las vértebras. La postura es colocando la espalda un poco arqueada de manera que las apófisis de las vértebras queden abiertas y sea más fácil la colocación del catéter. Esto se debe hacer entre una contracción y otra, de manera que la mamá pueda colaborar lo máximo posible.


La epidural se coloca entre las vétebras L2-L3-L4, en el ligamento amarillo, sin llegar a la duramadre.



Si tenemos que hacer una cesárea programada, entonces en lugar de epidural, se administra la anestesia intradural. La diferencia es que con ésta no se coloca catéter, sino que se administra el fármaco directamente en la duramadre. Así se mezcla el líquido de la medicación en el líquido cefalorraquídeo y según la cantidad que pongamos vamos a conseguir más intensidad de bloqueo. Teniendo en cuenta que el medicamento que se introduce pesa más que el líquido cefalorraquídeo, según coloquemos al paciente después de la punción extenderemos a nuestro antojo el bloqueo: si la paciente la tenemos sentada mucho tiempo después de introducir la medicación sólo se duermen las raíces sacras y las lumbares bajas (Bloqueo en silla de montar), si la acostamos en la camilla el bloqueo llegará hasta la cintura y podremos subirlo un poco más si inclinamos ligeramente al paciente quedando la cabeza un poco por debajo de los pies. Si la punción la realizamos con el paciente de lado, le dormiremos la parte que esté debajo.



En ambos casos, la zona en la que hace efecto para el parto (ya sea natural o por cesárea) es la siguiente:

En cuanto a los efectos adversos de la epidural, nos explicaron que rara vez se producen incidencias graves. Lo más común es el dolor de cabeza posterior.

Tras finalizar la visita del anestesista, volvió a impartir la clase una matrona que nos explicó el concepto de dolor con connotación positiva. Esto se basa en que normalmente cuando sentimos dolor significa que algo va mal en nuestro cuerpo. Sin embargo, cuando estamos de parto, el dolor nos indica que todo va bien, porque con cada dolor estamos más cerca de ver a nuestro bebé.

También nos informó de otros métodos de alivio del dolor en el parto, aquellos no farmacológicos, que consisten en liberar endorfinas:

1.-Calor local: Una buena forma de aliviar el dolor durante la dilatación mientras estamos en casa es usar bolsas de agua caliente, manta eléctrica, o sobre todo baños o duchas de agua caliente 36º-37º. Esto nos relajará y hará que el dolor sea más soportable.


2.-Masaje: La presión hace que se deje de sentir el dolor. Engaña al cerebro. Por ello nos vendría muy bien que nuestra pareja nos diese un masaje en toda la zona de la espalda, desde la cabeza, de manera que nos ayude a destensar los músculos y a alcanzar un estado de relajación entre contracciones. Nos enseñaron en las clases cómo dar un masaje en estos momentos tan delicados.


3.- Movimientos y posturas antiálgicas: Si tenemos dolor abdominal, una buena postura es en cuclillas. 


Si el dolor es en los riñones, funciona estirar la espalda como podamos. Una buena postura es la del baile, meciéndote y echándote en el acompañante que tengamos en ese momento.

4.-Respiración: La respiración durante todo el trabajo de parto nos puede ayudar a sobrellevarlo muchos mejor. Durante la etapa de la dilatación debemos hacer inspiraciones y expiraciones lentas en el tiempo que hay entre contracciones, favoreciendo la relajación y el descanso entre ellas. Cuando aumenta el dolor por contracciones, ir aumentando también la velocidad de las inspiraciones/expiraciones. Evitar siempre hiperventilar. Hay que intentar conservar la calma y mantener el control de la situación. 




Durante la fase final, los pujos, hay que actuar de la siguiente manera: inspiramos, elevamos la cabeza y contraemos el abdomen sin expulsar el aire (así empujamos con más fuerza) o expirando muy lentamente si no es necesario empujar con mucha fuerza. Las matronas siempre nos pueden ayudar a recordar cómo debemos respirar en cada momento para sobrellevar la situación con la mayor calma posible.


5.-Técnicas de relajación. Para poder relajarnos entre las contracciones, también nos enseñaron otras dos técnicas: La técnica de Schultz, con la que se consiguen relajar todas las partes de nuestro cuerpo de forma paulatina. Lo primero que debemos hacer es estar tranquilos. Para ello nos pondremos ropa cómoda, nos colocaremos sentados en un sillón o tumbados, de manera que nos sintamos cómodos. Pondremos la habitación con poca luz y sin ruidos que nos distraigan, a una temperatura agradable y a poder ser con música relajante de fondo. Después, paso a paso, vamos relajando cada parte de nuestro cuerpo: Siento mi pierna derecha, siento su calor y repito varias veces "mi pierna derecha está completamente relajada". Así hago con cada parte de mi cuerpo. En este vídeo podemos seguir las instrucciones: 


Otra técnica de relajación es la de Jacobson. Esta técnica consiste en tensar-relajar distintos grupos musculares. En el siguiente vídeo se puede ver cómo llevarla a cabo:

Nos indicaron en las clases la importancia de practicar todas estas técnicas (tanto las respiraciones como la técnica de relajación que más nos guste) durante las semanas anteriores al parto, de manera que cuando llegue el momento de usarlas seamos capaces de dominarlas. Si no las tenemos aprendidas, en el momento del parto, con los nervios y el dolor, es posible que no seamos capaces de llevarlas a cabo. Si las tenemos interiorizadas nos pueden ser de gran ayuda para no perder el control de nuestro cuerpo.

Espero que esta información os ayude y os sirva para que vuestro parto sea más llevadero.

viernes, 26 de febrero de 2016

Clases de educación maternal/paternal: Deporte. Quiropráctica y embarazo

Hola de nuevo. En esta entrada os voy a comentar cómo fue la segunda clase de educación maternal/paternal. 
En la clase de nativitas nos visitó un quiropráctico que nos explicó algo muy interesante a mi parecer: el papel fundamental de las articulaciones de la pelvis en el momento del parto y como un bloqueo en alguna de ellas puede hacer que el canal del parto no sea todo lo amplio que podría ser, favoreciendo la posibilidad de acabar en cesárea. Además nos ofreció un estudio gratuito para verificar el estado de nuestra articulaciones y nos enseñó lo fácil que se pueden solucionar estos bloqueos en la mayoría de los casos sí nos ponemos en manos profesionales. 

También nos habló del cólico del lactante, indicándonos que su causa fundamental suele ser que al moverse los huesos del cráneo del bebé (al usar aparataje, al hacer cesárea o al pasar por el canal del parto) se provoca que el nervio vago, que es el que controla la zona intestinal, quede oprimido. Cosa que se puede solventar con una maniobra del propio quiromasajista.

Después empezó la clase de ejercicios físicos guiados por una matrona. Comentaros que en las clases de Viamed no asisten los papás a esta sesión, con el fin de que las mamás se sientan más cómodas a la hora de realizar los ejercicios. Sin embargo en la clase de la seguridad social sí asisten los papás y se incluye en esta misma clase la relajación (con masaje de los papás incluido) y los distintos tipos de respiración. Pero como os dije al principio, por seguir un orden, explicaré las clases como se dieron en viamed, así que la relajación y la respiración se verán en una entrada posterior. En cuanto a los ejercicios físicos, se trataron los siguientes grupos de músculos:

Suelo pélvico: 

  • Ejecicios de kegel y transverso del abdomen. Muy importante tanto para el parto como para el postparto, ya que podemos evitar distintas disfunciones, como las pérdidas de orina, que se producen por soportar el peso del bebé y la presión del parto. Además, fortaleciendo el transverso del abdomen estamos creando una faja natural que nos facilitará la recuperación tras el parto.


  • Masaje de suelo pélvico. Muy importante para elastificar la zona, intentando evitar la episiotomía.


Brazos: Importantes de fortalecer para poder coger al bebé durante horas.

Piernas y caderas: Para favorecer la circulación, la flexibilidad y la resistencia al esfuerzo que supone el parto.

Aquí os dejo un par de vídeos con otros ejercicios que practicamos en la clase tanto con la pelota de pilates como sin ella:



Comentaros que la pelota de pilates está disponible en todas las salas de parto de Viamed, pero sólo hay tres en el Virgen del Rocío, con lo cual si ya la han pedido otras tres parturientas antes que tú y no llevas la tuya, no podrás usarla. Además también debéis saber que no se puede usar una vez que nos pongan epidural. 
Otros ejercicios que nos recomendaron fueron: Caminar, nadar, bailes de salsa o danza del vientre, yoga y pilates. Y los ejercicios nada recomendados son aquellos de impacto como correr, saltar, ...

Espero que os haya parecido interesante y os ayude en esta carrera hacia la maternidad.

jueves, 18 de febrero de 2016

Clases de educación maternal/paternal: El parto

En la primera clase de educación maternal/paternal se trató el tema del parto. 
En la clase de la Seguridad Social se visualizó un vídeo de un parto real, mientras que en las clases de nativitas se explicaron los tipos de parto en función de la colocación del bebé mediante fotografías. En ambas clases se explicaron las distintas fases y cómo va pasando el bebé por el canal del parto. Para ello mostraron los movimientos que debe realizar la pelvis de manera que permita el paso del bebé por la misma. Añado algunos enlaces que he encontrado donde se explican estas fases: 
http://www.proyecto-bebe.es/fases_del_parto.htm 
http://inatal.org/el-parto/37-parto-normal-paso-a-paso/128-las-fases-del-parto.html

En ambas clases se explicó cuándo debemos irnos al hospital:
  1. Si tenemos 2 contracciones cada 10 minutos durante 1 hora.
  2. Si se produce un sangrado de la misma cantidad de sangre que en la menstruación. En este caso debemos irnos al hospital rápidamente.
  3. Si se rompe la bolsa. En este caso observaremos el color del líquido. Si es transparente podemos ir con tranquilidad, pero si es de color hay que darse prisa, ya que eso suele indicar que el bebé se ha hecho caca dentro.
En la clase de la Seguridad Social se hizo entrega del Plan de Parto. Es un documento en el que puedes indicar algunas preferencias acerca del día del parto así como de los cuidados del bebé. Estas preferencias se seguirán por el personal que te atienda el día del parto siempre que no surjan complicaciones que pongan en peligro a la mamá o al bebé, en cuyo caso el personal que te atiende debe informarte del motivo por el que no se puede llevar a cabo alguna de tus decisiones.

Al final de la clase de nativitas (Viamed) realizamos una visita guiada por el hospital indicándonos adonde debemos dirigirnos en el momento en el que nos pongamos de parto: Entrando por urgencias, un celador vendrá a buscarnos y nos llevará a la zona de monitores donde el grupo de matronas y el ginecólogo de guardia decidirá si ya estamos de parto o si por el contrario, sería más recomendable que volviéramos a casa porque aún está muy poco avanzado. Tras la primera exploración, si se decide que ya debemos quedarnos, se nos asignará una habitación en planta donde los familiares pueden esperar y la embarazada junto con su pareja pasarán a una de las habitaciones de dilatación. Aquí estaremos atendidas en todo momento por el grupo de matronas y al final, en el momento del expulsivo, también estará el ginecólogo que nos ha llevado todo el embarazo o el ginecólogo de guardia en caso de que no pueda venir el nuestro. También habrá un neonatólogo (pediatra especializado en recién nacidos). En esta habitación se realizará todo el proceso de dilatación así como también el parto, a menos que haya que realizar una cesárea, en cuyo caso habría que ir al quirófano y sería en el único momento en el que la pareja no podría estar con nosotras. Tras la salida del bebé, tanto si ha sido cesárea como sino, se colocará piel con piel con la mamá, se avisará a los familiares para que vayan a la zona donde podrán ver por primera vez al nuevo retoño y se pasará a la zona de postparto donde permaneceremos durante al menos dos horas (hasta cinco en el caso de la cesárea por motivos de anestesia y por ser una operación en toda regla). En esta zona de postparto estarán la mamá con el bebé piel con piel y también les acompañará el papá o la persona que se elija. Si el acompañante elegido tiene que ausentarse puede entrar otra persona en su lugar, sin que esto se convierta en un ir y venir de gente, pero facilitando que la mamá no se encuentre sola en ningún momento. Durante este período de espera se realizará el primer análisis del bebé: Test de apgar (se realiza una valoración de cinco parámetros pasados 1 minuto, 5 minutos y 10 minutos del nacimiento del bebé que permite observar la adaptación extrauterina del recién nacido), se administra la primera dosis de la vacuna de Hepatitis B, vitamina k para prevenir hemorragias y se le aplica un colirio o pomada antibiótica oftalmológica que previene infecciones oculares. También se pesa y se mide al bebé.
En la clase de la Seguridad Social explicaron los pasos a seguir cuando nos pongamos de parto, pero sin realizar la visita en vivo. Aquí también contaré datos de mi experiencia personal ya que mi primera hija nació en un hospital de la Seguridad Social (Virgen del Rocío). Básicamente los pasos son muy parecidos: Dirigirnos a urgencias donde nos harán una primera valoración con monitores y una primera medición del cuello del útero y dilatación. Si los profesionales que nos atienden consideran que debemos quedarnos nos pasarán a una habitación de dilatación donde permaneceremos acompañadas con nuestra pareja. Después, si la dilatación es un proceso muy largo, pasaremos a una zona de monitores compartida con otras parturientas donde nuestra pareja sólo podrá entrar en algunos momentos. El resto del tiempo estaremos acompañadas del personal y las otras mamás que también están dilatando. Una vez hayamos dilatado lo suficiente empezarán los pujos para lo cual pasaremos a paritorio donde nuevamente nos acompaña nuestra pareja. Si todo va bien y el bebé por fin sale, se le hará el primer reconocimiento (similar al que he explicado arriba) y pasaremos a que nos vean los familiares (que estarán esperando en la sala de espera común del hospital). Después a planta. Si por el contrario hay que realizar finalmente una cesárea (este fue mi caso), la pareja vuelve a quedarse fuera y cuando el bebé sale se le hace el reconocimiento, se le enseña a la mamá y se le lleva a su papá, con quien permanecerá durante el período del despertar de la anestesia que sufre la mamá en una sala común con otros pacientes que no tienen porqué ser recién paridas, sino de cualquier otra operación. Allí permanecerá la mamá hasta cinco horas sin otro acompañante que los profesionales y el resto de pacientes. Después la mamá pasa a que la vean los familiares y por último a planta donde por fin podrá reencontrarse con su bebé y su pareja.
Por lo tanto, aunque los pasos a seguir son muy parecidos, en mi experiencia puedo decir que es bastante desagradable y triste que mi pareja no pudiese estar conmigo en todo momento durante la dilatación, tener que estar sola y rodeada de pacientes con operaciones muy dispares durante las cinco horas del despertar y no poder tener contacto piel con piel con mi niña ni iniciar la lactancia materna hasta después de pasar por este período de despertar. Espero que en mi próxima experiencia de parto esto no suceda. 
También quiero aclarar que aunque mi experiencia no fue demasiado buena porque después de muchas horas de dilatación, llegando a los 10 cm, y de haber estado 3 horas en paritorio empujando, tuvieron que hacerme la cesárea y me sentí bastante sola en diferentes momentos, conozco a gente cuya experiencia en el mismo hospital es muy buena. Son grandes profesionales. Pero la experiencia de cada una dependerá de quienes te atiendan y también del protocolo seguido en cada hospital. 
Cuando haya pasado mi experiencia en Viamed, escribiré otra entrada para contaros las diferencias.

¿Qué aprendí de las clases de maternidad/paternidad?

En esta entrada quería comentar aquellas cosas que me han resultado interesantes y útiles dentro de lo que me han contado en las clases de maternidad/paternidad.

Durante el embarazo de mi primera hija no disponía de seguro privado, por lo que sólo asistí a las clases que se me ofrecían desde la seguridad social. Sin embargo, en este segundo embarazo, sí dispongo de seguro privado, por lo que he podido asistir a las clases ofrecidas en la clínica privada a la que voy (Viamed, grupo nativitas), y además repetir en las ofrecidas por la seguridad social.

La principal diferencia que he encontrado entre ambas es que en las clases de la seguridad social todo se hablaba de forma más campechana y coloquial, mientras que en las de la clínica privada se hablaba con más tecnicismos. Pero la verdad es que en las dos se aprende bastante.

Ambos cursos han constado de 5 clases, una de las cuales se dedica por entero a la realización de ejercicios físicos y el resto a charlas sobre distintos temas y a resolución de dudas.

Para seguir un orden, escribiré sobre las clases tal como se ordenaron en la clínica privada e iré añadiendo lo aprendido adicionalmente en las de la Seguridad Social. 

Los temas que se han tratado son: "El parto", "Deporte. Quiropráctica y embarazo", "El dolor con connotación positiva. Mecanismos para soportarlo. Epidural", "Puerperio. Donación del cordón umbilical", "Cuidados del recién nacido. Lactancia materna."

Crearé una entrada por cada clase/tema para que no se haga muy pesado de leer y para poder acceder con mayor facilidad a la información que a cada uno le resulte más útil e interesante.


Espero que os sirva y os resuelva algunas dudas. Los comentarios serán bienvenidos y si me hacéis preguntas, por supuesto las resolveré en la medida de mis posibilidades y según mi experiencia.

martes, 16 de febrero de 2016

Conciliación. Sentimientos contradictorios.

Hoy comienza mi andanza como bloguera. Me decidí a empezar para poder compartir las contradicciones que se me presentan en la vida desde que fui madre por primera vez, y que ahora que voy a volver a serlo, se multiplican.
Soy Ingeniera en Informática. Para ello tuve que estudiar y esforzarme mucho y para afrontar y mejorar en mi trabajo también. Es por ello que cuando decidí ser madre, lo decidí con todas las consecuencias. Es decir, estaba dispuesta a que mi carrera profesional se viese parcialmente paralizada. Yo quería ser madre y poder criar a mis hijos. No quería meter a mi hija en una guardería con sólo 4 meses por tener que volver a trabajar. El problema llega cuando, haciendo cuentas, nos percatamos de que para poder pagar la hipoteca tendría que seguir trabajando ininterrumpidamente. Afortunadamente pude contar con las abuelas y conseguimos que mi primera hija entrase en la guardería cuando ya tenía un año y dos meses. Aunque me dio mucha pena, ya no era un bebé tan indefenso: casi andaba, jugaba más activamente, comía casi de todo, ...
El problema ahora es que a finales de marzo o principios de abril nacerá mi segundo hijo, y ahora no voy a poder contar con las abuelas de la misma forma. Por eso ahora mismo la única solución que veo es meter a mi hijo en la guardería con menos de seis meses. Me rompe el alma, porque no sólo tendré que desapegarlo de mi en cuanto a lactancia, como tuve que hacer con mi hija a los cinco meses cuando empecé a trabajar, sino también que tendré que dejarlo con personas que no son de la familia, y que aunque son profesionales (que conste que estoy muy contenta con las profesoras que ha tenido mi niña en la guardería), tienen que estar atendiendo a muchos niños a la vez, y según yo lo veo, un bebé necesita estar con su madre, sentirla cerca y crecer con ella.
Últimamente leo mucho acerca de la crianza con apego, la gestación extrauterina, los beneficios del porteo, ... y la verdad es que la mayor parte de lo que leo no hace más que corroborar lo que ya pensaba por mero seguimiento de mi instinto y mis sentimientos. Muchas veces he tenido que oir "No cojas a la niña cada vez que llora, que se acostumbra, ...". Siempre la he cogido. No creo que un bebé llore porque sí, ni por fastidiar. Si llora es porque le pasa algo. A lo mejor no tiene hambre, ni frío, ni está sucio. Simplemente tiene miedo, desconcierto, extraña su entorno, ... mil sentimientos que no puede expresar de ningún otro modo que no sea llorando. Es la única forma que tiene de decirte o mejor dicho pedirte "¡Mamá ayúdame!".
Es así como yo lo veo y por eso es que me duele tanto que vivamos en una época en la que me resulte practicamente imposible poder estar con ellos más tiempo.
Ojalá pudiese encontrar un modo de trabajar desde casa o hacer algo que me permitiera obtener el dinero necesario para seguir pagando todo y que a la vez me permitiera criar a mis hijos como creo que debo hacerlo.
Me parece muy respetable que si una mujer quiere seguir trabajando al día siguiente de tener a su hijo, pueda hacerlo. Lo que no me parece bien es que tal como está organizada la sociedad hoy en día, deje de ser una opción para pasar a ser una obligación, porque un solo sueldo no basta para poder pagar hipoteca, luz, agua, comida, ... Por lo que no es posible, casi en ningún caso, que uno de los padres pueda estar con los hijos al menos en sus dos o tres primeros años de vida.